La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA, por sus siglas en inglés) expresó este martes un firme pedido para que se detengan los combates en una zona de seguridad alrededor de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, advirtiendo que sus expertos habían encontrado grandes daños en las instalaciones, producidas en medio de la guerra por la invasión rusa a Ucrania.

El informe, largamente esperado no atribuyó la culpa del daño a la central de energía, que Moscú y Kiev se acusan mutuamente de bombardear. Pero advirtió que, a menos que cesen los disparos, habría riesgo de desastre.

La planta está controlada por fuerzas rusas, pero dirigida por técnicos ucranianos. Se encuentra en la línea del frente en un banco de Rusia, y de un enorme embalse con posiciones ucranianas al otro lado del agua.

“Si bien el bombardeo en curso aún no ha desencadenado una emergencia nuclear, continúa representando una amenaza constante para la seguridad nuclear”, escribieron los expertos de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

Además, el organismo insistió con la recomendación para "que se detengan inmediatamente los bombardeos en el sitio y en sus inmediaciones", a los fines de "evitar más daños a la planta y las instalaciones asociadas, por la seguridad del personal operativo y para mantener la integridad física para apoyar la operación segura y protegida". "Esto requiere acuerdo de todas las partes pertinentes para el establecimiento de una zona de protección de seguridad tecnológica y física nuclear", remarcaron.

"Bajo constante estrés y presión"

Los inspectores informaron que habían encontrado tropas y equipos rusos en la planta, incluidos vehículos militares estacionados en las salas de turbinas. Moscú ha negado las acusaciones de que usó la planta como escudo para sus fuerzas, pero dice que tiene tropas protegiéndola.

"El personal ucraniano que opera la planta bajo la ocupación militar rusa está bajo constante estrés y presión, especialmente con el personal limitado disponible", señalaron en el informe de la OIEA. "Esto no es sostenible y podría conducir a un mayor error humano con implicaciones para la seguridad nuclear", agregaron.

Los expertos, encabezados por el jefe de la agencia, Rafael Grossi, desafiaron los bombardeos para cruzar la línea del frente y llegar a Zaporiyia la semana pasada. Dos especialistas se quedaron  para mantener una presencia a largo plazo en el sitio.

Explosiones y corte de energía

A primera hora de este martes, se escucharon explosiones y se cortó la energía en la ciudad que rodea la planta, Enerhodar, según Dmytro Orlov, el alcalde ucraniano que opera desde fuera del territorio controlado por Rusia. Moscú repitió sus antiguas acusaciones de que las fuerzas ucranianas habían estado bombardeando la planta.

Kiev acusa a Rusia de haber estado organizando tales incidentes, para socavar el apoyo internacional a Ucrania y como un posible pretexto para desconectar la planta de la red eléctrica ucraniana y robar su producción. El Kremlin ha rechazado las acusaciones.

"Catástrofe"

El informe del OIEA enumera las áreas de la planta que habían resultado dañadas, incluido un edificio que albergaba combustible nuclear, una instalación para almacenar desechos radiactivos y un edificio que albergaba un sistema de alarma. Advierte que la central eléctrica había sido desconectada varias veces de los suministros de energía externos críticos para la operación segura. Ante este escenario, los expertos requieren el fin de toda actividad militar que pudiera interrumpir el suministro eléctrico.

Se espera que Grossi informe al Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York sobre sus hallazgos más tarde el martes.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, advirtió el lunes sobre una casi "catástrofe de radiación" en la planta y dijo que el bombardeo de Rusia mostró que a Moscú "no le importa lo que diga la OIEA".

La misión diplomática de Rusia en Viena, donde tiene su sede el OIEA, aseguró que proyectiles ucranianos habían caído cerca de la unidad de almacenamiento de combustible de la planta, el almacenamiento de desechos radiactivos sólidos y cerca de una de las unidades de energía. 

Miles de personas han muerto y millones han huido de Ucrania desde que Rusia lanzó lo que llama una operación militar especial en febrero, con el objetivo de "desmilitarizar" a su país vecino. Kiev y Occidente sostienen que se trata de "una guerra descarada de conquista".

La semana pasada, el foco de los combates se desplazó hacia el sur, donde Ucrania inició un contraataque largamente esperado para recuperar el territorio incautado a principios de la guerra. (Reuters)